martes, enero 4

los ecos color morado

Irremediablemente, Maria, de cinco años y medio (aplico tal exactitud al referirme a su edad, ya que es la forma en que los padres conestan cada vez que la pequeña es custionada por sus años en esta tierra) sintió ganas de tomar por el brazo a su padre, el anciano de la librería, el cual yacía medio muerto en el piso. Un piso de materiales no convencionales, digo no convencionales, porque las nubes y el agua no se compran en homecenter. Es más fácil saltar directamente al hoyo cuatro de la esquina cinco bajando por Jessica's street, en donde generalmente nos espera Oliver, un apuesto joven del cual siempre he estado enamorada. Oliver, es hijo de padres separados, de origen Frances, los Trouian. Vivó en Londres cuatro años antes de mudarse por estos lados, mi ciudad.
Oliver, trabajaba en el Bazar que colindaba con la libería del señor Frederick, un ex-bibliotecario de Liverpool, que fue condenado a 20 años por tratos deshonestos contra a una jovencita que frecuentaba la biblioteca principal de Liverpool. El señor Frederick, gritaba a viva voz su inocencia frente a los tribunales, su defensa era que, según él, la señorita Miller, tenia un romance estable con él, cosa que yo no creo, no pregunten porque pero no creo.

continuará...